Fuente: Natural Child La imagen es de Patricia Meteola. Durante generaciones, los padres han buscado una manera confiable para manejar las conductas no deseables de los niños. La técnica más popular y reciente es el tiempo fuera. Aunque es mejor que los golpes, no es una manera apropiada de manejar la conducta indeseable de sus niños. Más aun, el uso del tiempo fuera puede crear más problemas de conducta. Estos problemas pueden afectar el bienestar del niño y dañar severamente la relación padre-hijo.
La conducta del niño – Un síntoma
La conducta de los niños tiene una causa legítima. La conducta en la niñez está determinada, en su mayoría, por cómo se sienten los niños acerca de sus necesidades físicas y psicológicas. Las necesidades son fuertes en cada niño, y los niños, por naturaleza, son sensibles a sus propias necesidades. Si una o más de sus necesidades no son cubiertas, los niños pronto se sentirán incómodos.
Los niños lloran cuando se sienten incómodos. El llanto de un bebe o niño pequeño anuncia sentimientos de frustración. Estos llantos han evolucionado como un mecanismo de supervivencia. Atraen la atención de sus padres. El propósito del llanto es obtener la calidad de amor y cuidado parental que atenderá correctamente sus necesidades sin atender, y por lo tanto, establecer sentimientos de seguridad en el niño. La conducta inapropiada de niños mayores y adolescentes es un grito de ayuda anunciando la frustración por sus necesidades no atendidas.
Los llantos y conducta inapropiada de los niños y adolescentes son, de alguna manera, como una garganta irritada, nariz tapada, músculos adoloridos, o una fiebre. Todos son síntomas. Todos tienen causas. Un profesional médico sabe que cuando el virus o bacteria que está causando los síntomas físicos se elimina, las sensaciones molestas serán sofocadas. Similarmente, cuando los padres "diagnostican" correctamente y proveen los remedios que atiendan las necesidades de los niños y adolescentes, los síntomas de los llantos o conducta inapropiada también desaparecerán.
La frustración de necesidades importantes no se siente bien a ninguna edad. Sin embargo, los niños a menudo se molestan bastante y demandan más atención cuando sus necesidades no son cubiertas. Sus exabruptos intensos vienen de su naturaleza dependiente. A diferencia de la mayoría de los adultos, los niños pequeños no tienen la capacidad de cubrir sus propias necesidades. Son físicamente incapaces de hacer la mayoría de las tareas propias de su cuidado. Por naturaleza, también tienen fuertes necesidades emocionales y vulnerabilidades. Y más allá, a diferencia de la mayoría de los adultos, los niños pequeños son incapaces de tolerar bien la frustración. Adicionalmente, los bebes, niños pequeños y aun muchos en edad preescolar son incapaces de identificar las necesidades frustradas que los hacen sentirse molestos. Por esto es prácticamente imposible para la mayoría de los niños pequeños decirles a sus padres que es lo que les está molestando, y porque son a menudo incapaces de hacer que sus necesidades se cumplan.
El tiempo fuera
Cuando se usa el tiempo fuera, los padres primero exigen firmemente que su niño pare de portarse mal y que se quede quieto. Se le pide entonces al niño que vaya y se siente solo en un cuarto, lejos de sus padres, y se le advierte que no salga del cuarto hasta que esté seguro de que puede controlar su conducta. Al enviarlos a tiempo fuera, lo que pasa es que se prolonga el tiempo que un niño debe soportar la necesidad frustrada que dio origen a su conducta inapropiada. Por lo tanto, las necesidades sin cumplir se vuelven cada vez mas incomodas durante el tiempo que dura el tiempo fuera. Los niños pequeños dependen (y quieren) el amor de sus padres, y los necesitan.
Lo que exacerba este incomodísimo y creciente estado de frustración es el hecho de que el niño debe estar solo, lejos de sus padres, los mismos en los cuales deben apoyarse para atender sus necesidades. Esta separación forzada de su fuente básica de comodidad, seguridad y bienestar, se suma al malestar inicial del niño. Además, estar solitos en tiempo fuera puede crear sentimientos de enojo adicionales, que el niño tiene que soportar. Es común que desarrollen emociones dolorosas, como el miedo y la preocupación. Un niño frustrado que se debe quedar sentado y calladito en tiempo fuera, frecuentemente se vuelve un niño enojado. Aunque los más pequeños no se atreven a expresar esta rabia que sienten cuando están en el tiempo fuera, el niño a menudo lo expresa mostrándose enojado y desafiante un tiempo después del citado tiempo fuera. La práctica de separar a un niño de sus padres (durante el tiempo fuera) puede por sí misma convertirse en la causa de conducta no deseada en el futuro, porque estar solos en tiempo fuera incrementa las frustraciones que siente un niño ya frustrado.
Los problemas y conflictos interpersonales se resuelven mejor cuando cada individuo tiene suficiente oportunidad de hablar y ser oído por la otra persona. Para que un pequeño aprenda la manera saludable de resolver los problemas, es esencial el proceso de modelar, iniciar y practicar el dialogo abierto. ¿Se presta el tiempo fuera a este proceso? Ayudar a los niños a hablar de la manera en que se sienten, combinado con paciencia de sus padres, se requiere si queremos que los niños desarrollen la habilidad de verbalizar sus sentimientos y necesidades, en vez de expresarlos con estallidos y berrinches.
Efectos a largo plazo del tiempo fuera frecuente.
Para el niño frustrado e incomodo, las ofertas de tiempo fuera ofrecen silencio forzado y el sentimiento de ser rechazado por sus propios padres. Un pequeño que se comporta mal y se le manda a tiempo fuera a menudo se siente herido. Este dolor, combinado con la frustración que originó la mala conducta, da lugar a la rabia. Y las practicas disciplinarias como el tiempo fuera, que crean dolor y enojo o rabia, pueden lastimar a un niño.
Un costo muy serio de imponer tiempos fuera en la niñez es que enseña que uno debe acumular las emociones incomodas. Enojados en el tiempo fuera, e incapaces de expresar sentimientos negativos, los pequeños desesperadamente necesitan parar los sentimientos negativos que suceden en ellos. Para manejarlos, los niños aprenden a ignorarlos y/o distraerse de la energía de sus emociones y sentimientos de dolor y rabia. Así, los niños aprenden a reprender sus sentimientos dolorosos. En el proceso, aparecen hábitos nerviosos como chuparse el dedo, morderse las uñas, jalarse el pelo, rascarse la piel, jalarse la ropa y muchas otras conductas similares. El propósito de estas conductas es alejar los sentimientos dolorosos, y, en identificación con la crítica de sus padres, o como la perciben, castigarse a sí mismos. Estas estrategias de defensa sirven para liberar la rabia e ignorar los sentimientos dolorosos.
Como resultado, las personas viven ignorando sus sentimientos y emociones verdaderas. Esto reduce la autoconciencia y afecta la calidad de vida, durante toda la vida.
Desarrollando un niño "bien comportado"
Los padres pueden ayudar a criar un niño bien comportado, disciplinado, respondiendo continuamente a las necesidades normales de su desarrollo y sus impulsos; demostrando y expresando verbalmente valores humanos en el día a día con sus pequeños, y exponiendo a sus niños a experiencias que refuercen estos valores. Cuando los padres no cumplen las necesidades e impulsos de los pequeños consistente y apropiadamente, se vuelven niños malcriados y con problemas.
¿Cuáles son las necesidades básicas y normales de la niñez? Si un niño está sano físicamente, bien nutrido, hace suficiente ejercicio, y no está cansado, las necesidades físicas de ese niño están cubiertas. Un pequeño que ha recibido suficiente atención, afecto y reconocimiento, de una manera continua y satisfactoria de sus padres y otros adultos y niños que le rodean y a los cuales esta apegado emocionalmente, las necesidades emocionales y sociales están completas. Si al niño se le da la oportunidad de develar y desarrollar su curiosidad normal y sus intereses, sus necesidades intelectuales serán satisfechas. Cuando a los niños pequeños se les da la oportunidad, dentro de un ambiente de apoyo y de confianza, de ser cada vez más independientes (de acuerdo a su edad), tomar decisiones y participar activamente en ellas, su necesidad normal de ejercitar algún control sobre su vida y de expresar su propia voluntad están siendo atendidas apropiadamente.
Es muy importante que los padres y futuros padres aprendan las características normales del desarrollo en cada etapa. También es importante reconocer un mito virulento que aun existe en nuestra sociedad: que satisfacer totalmente las necesidades de un niño lo malcriará. La investigación claramente nos dice que lo opuesto es verdad. Los niños bien disciplinados se hacen cuando los padres cumplen apropiadamente las necesidades de la niñez y adolescencia.
El Dr. Peter Haiman ha sido un asesor de la educación de los niños por más de 30 años. Desarrollo y administro un centro nacionalmente reconocido para padres e hijos en Cleveland, Ohio, y también se desempeño como presidente del Departamento de Desarrollo Infantil y Educación de la Primera Infancia en la Universidad de South Carolina.
Este artículo se publicó en la edición de Mayo-Junio 1998 de la revista Mothering. Se reproduce con el permiso del autor y editores.
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