Hay un tiempo...

martes, 2 de septiembre de 2008

Hay un tiempo ...

Para tenerte en mis brazos y contarte la historia más hermosa que jamás hayas oído. Para enseñarte que Dios existe en el cielo, en la tierra, en cada detalle de la naturaleza y de tu cuerpo...en tu alma. Para enseñarte a sentir asombro y a emocionarte por las cosas que realmente lo merecen. Para dejar de lado los platos sucios y llevarte al parque para que puedas correr, respirar a pleno pulmón, mirar a la luna, platicar de tus sueños que son mis sueños también, para que sientas la lluvia en tu carita y descubras cada secreto de la naturaleza. Para jugar contigo una carrera, hacerte un dibujo y llenarte de mimos, abrazarte y sentir tu hermoso calor y respirar tu bello olor. Para señalarte el camino de la verdad y enseñarte a amar y a respetar la vida con tus sentimientos de niño.

Este tiempo es corto, y si me descuido se me esfumará, porque la vida no espera.

Hay un tiempo...

Para cantar en vez de rezongar, sonreir en vez de fruncir el ceño, reflexionar en vez de airarme, comprender en vez de llorar por un jarrón roto, compartir con mis mejores sentimientos mi amor por la vida y la familia. Para contestar tus preguntas, antes de que quizá llegue el momento cuando no quieras escuchar mi respuesta. Para enseñarte firme y pacientemente a decidir y a analizar, a disponer un lugar para cada cosa y a poner cada cosa en su lugar. Para mostrarte la paz del deber cumplido y comunicarlo con la fuente de la paz.

Este tiempo es breve, aprovecharé cada minuto, porque la vida no espera.

Hay un tiempo...

Para verte partir valientemente hacia la escuela y entonces extrañar tu linda y ruidosa presencia a mi lado. Para aceptar que ahora hay otros que atraen tu interés, y esperarte cuando regreses de la escuela. Para escuchar tus largas y emocionantes descripciones de lo que sucede cada día. Para enseñarte a ser independiente, responsable y sobre todo, a ser tú mismo. Para guiarte con afectuosa firmeza e inculcarte la disciplina con amor, comprensión y justicia. La casa puede esperar, el auto puede esperar, la ropa puede esperar, pero la vida no espera.

Habrá un tiempo...

Cuando las puertas ya no serán cerradas a golpes, ni habrá juguetes en la escalera, ni peleas entre los hermanos, ni marca de lápices en las paredes, entonces podré recordar con gozo los años pasados y pensar que fue mucho más de lo que pensé lo que he ganado.

Entonces habrá un tiempo para recordar y sentarme a agradecer por haber esperado a que tú crecieras y a que me ayudaras a crecer contigo. A darme cuenta que la vida sí espera y lo que espera es que seamos felices y la disfrutemos tal como se nos presenta.

Porque finalmente habrá un tiempo...

Para partir y recordarte que los lazos que nos sujetan son indestructibles, tan fuertes y firmes que estarán siempre presentes. Cuando me necesites estaré a tu lado, yo viviré en tu corazón, de una u otra manera acudiré cuando me necesites porque siempre he respetado tu vida y tus decisiones porque te amo y siempre te amaré, por el resto de tu vida.

¡Te amo hijo hermoso!



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Publicado en el foro de Criando Creando por Tatairi

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